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  • Foto del escritorNicolas D. No Futuro

Mi relación y experiencia personal con la radio

Actualizado: 14 ago 2018


A pesar de que durante toda mi vida crecí con la radio, fue cuando mi familia tuvo carro que se convirtió en un elemento importante dentro de mi vida. Conocer más a fondo Bogotá con la radio de fondo se convirtió en una de mis cosas favoritas.


Recuerdo que en las épocas de la Copa Mustang, cuando jugaba Millonarios, mi papá ponía el partido en televisión, le ponía mute y con un pequeño radio que a día de hoy ambienta la cocina cuando alguien está lavando los platos, sintonizaba las transmisiones de Antonio Casale. Le gustaba más la presencia y la emoción que le ponen los locutores sin la ayuda visual, y me enseño a apreciar eso. Además de el amor al equipo, que me quedó y que, aunque no me guste ni poquito el fútbol local, me hizo gritar con todas mis fuerzas el penal de Luis Delgado en el 2012 y el golazo de Henry Rojas en el 2017, pero esa es otra historia.


Con este mismo radiecito que menciono, mis padres ponían todas las tardes, como si fuera sagrado, La Luciérnaga de Caracol Radio, con Hernán Peláez, Gustavo Álvarez Gardeazabal, Gabriel de las Casas, etc., y pues bueno, crecí con esas voces. Crecí con el humor político, que cada vez fui entendiendo más y más.

Durante la época de bonanza de mi familia (perdón por el término bonanza, pero me encantó el uso que le dieron en Pájaros de Verano y creo que empezaré a usarlo), en el trabajo de mi papá dentro del Banco Agrario, le obsequiaron un equipo de sonido Panasonic que hoy en día es emblemático en mi casa, en el que, ahora potenciado, todos los días se seguía escuchando Caracol Radio a las horas de la tarde-noche.


Desde que pudimos escuchar música en un equipo de sonido, los fines de semana mi papá intercalaba entre Candela y Olímpica Estéreo, hasta que tuvo que empezar a trabajar sábados y domingos, que fue cuando esta pequeña tradición pasó a ser exclusiva de los meses de noviembre-diciembre. Era igualmente sagrado el despertarnos escuchando estas dos emisoras.


Mi propia experiencia con la radio comenzó cuando, por la necesidad de escuchar música nueva, le pedí a mi hermana que me recomendara una emisora buena a su criterio, para escuchar en los diez minutos de caminata hacia mi colegio, en los descansos, en las vueltas a casa y posteriormente en las madrugadas en las que esperaba llegaran mis profesores. Ella me recomendó La X y Radiónica, que a día de hoy siguen siendo mis emisoras de preferencia. La X por su actualidad en inglés y sus clásicos que me recuerdan a las tardes viendo Mtv cuando tenía cinco-seis años, y Radiónica por la escena colombiana y el rap, que terminó convirtiéndose en algo de mucho valor en mi vida.


Lo más significativo para mí, fue cuando mi mamá compró el Kia Picanto, en el año 2014, y yo empecé a conocer mucho más allá de lo que era mi círculo social gracias a esto. Recuerdo y recordaré siempre los días enteros en carro yendo por toda Bogotá, acompañándola a ella y al resto de mi familia con el tiempo. A mi mamá, con el tiempo, le fue cogiendo mucho cariño a La FM, por los clásicos en inglés y los ocasionales temas de rock en español que le encantan y que me puso a escuchar desde que tengo memoria.


En conclusión, mi experiencia favorita y que define mi relación con la radio, son los días enteros escuchando La FM dentro del primer carro familiar que conocí en mi vida, conociendo pasajes bogotanos que jamás había visto y encontrándome conmigo mismo junto a las personas que más amo y que siempre han estado y estarán.


Cierro con una foto de Orson Welles durante la emisión de La guerra de los mundos, uno de los episodios más fascinantes de la historia en mi opinión, que recordé durante la realización de esta entrada.


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