En su segunda edición, el coloquio organizado por el profesor de historia Yamid Galindo, se une al Grupo de Investigación OLYMPIA, para de esta forma ampliar su alcance y convertirse de un evento institucional de la Agustiniana, a un evento universitario y cultural de carácter distrital organizado por el programa de Cine y Televisión de la Agustiniana.
Yamid como coordinador de OLYMPIA, profesor de la universidad y colaborador frecuente del Patrimonio Fílmico Colombiano y la Cinemateca Distrital, logró algo tan bonito y especial como realizar este evento en este espacio al lado del teatro Jorge Eliecer Gaitán.
El año pasado no pude ir al que se organizó dentro de la universidad por cuestiones de horario y por el hecho de "ser primíparo y no sentirse todavía parte de la familia", pero en sus clases, Yamid nos inculcaba mucho esto de que todo estudiante de cine, o cineasta, debía "ver, leer, hacer y escribir cine". Sus clases eran tan amenas, bien preparadas y llenas de amor al cine, que creo que solo a las personas que de verdad nos sentíamos identificados en segundo semestre con ésta vaina, nos fue bien y decidimos seguir en un tercer semestre (por ahí dicen que los dos primeros semestres de cualquier carrera son el coladero...).
La entrada del evento no tuvo nada que envidiarle al plato fuerte. Darío y Angélica, dos profesores que te saludan en el centro si te ven, que se saben tu nombre, te hacen amar las formas experimentales y el dibujo para el cine, y que inspiran tanta buena onda, fueron los encargados de empezar la jornada. En las escaleras de la cinemateca, a cada lado se encontraban Angélica Garzón y Andrés Aros, saludando, agradeciendo por la asistencia y entregando unos folletos extraños con faltas ortográficas hechas a propósito y muchas referencias a películas y expresiones artísticas.
Durante la charla, Darío y Angélica nos explicaron que esta formato se conoce como fanzine, y es un modo de imprenta muy underground que se ha utilizado a través de la historia como forma de denuncia.
Fue muy bonito escuchar a Yamid hablar con su coterráneo Luis Ospina, y pudimos saber cosas que jamás hubiéramos podido imaginar saber, sobre el proceso de producción y todo el trasfondo de la cinta Agarrando Pueblo, que pudimos ver remasterizada, con sonido estéreo y una calidad que no se encuentra en internet.
No sé si hay algún realizador audiovisual en Colombia que no se emocione oyendo a Luis Ospina hablar. Un hombre con tanto bagaje, tantas experiencias y al que se le murieron dos grandes amigos, y está sonriendo, vivito y coleando, con más ganas de hacer cine que nunca, tomándose fotos con los que no se acobardaban al ver sus dos metros y pico de estatura, su cabellera blanca como la leche y sus representativas gafas, que imponen tanto poder y presencia como creo yo ningún cineasta en éste país lo hace.
He conocido a Víctor Gaviria (con quien tuve una charla más profunda), Rubén Mendoza, Jorge Navas, etcétera, y son unas figuras increíbles, pero ninguno me intimido tanto física e intelectualmente como Luis.
Solo me queda agradecerle a Yamid y a todos los profesores miembros del Grupo OLYMPIA por organizar semejante evento que llenó la cinemateca como muy pocas veces se ve, a Armando Russi por cedernos el espacio de su clase para ir a compartir con nuestros compañeros y nutrir nuestra formación profesional y a don Luis Ospina por semejante charla y tan bonita experiencia. Espero algún día volver a verlo y que mi timidez no me gane para poder pedirle una foto y hacerle las preguntas que rondan mi cabeza sobre los dos proyectos documentales de su vida y las maravillosas películas en las que colaboró y realizó a lo largo de su carrera.
¡Que viva el cine colombiano, carajo!