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  • Foto del escritorNicolas D. No Futuro

Mi opinión respecto al paro universitario



Los días miércoles 10 y 17 de octubre del 2018, las universidades públicas entraron en paro. Esto es algo que no se veía desde el 2011, año en el que hubo disturbios con los llamados "encapuchados" y represión por parte de los agentes del estado, pero que realmente sirvió para muy poquito por culpa de los egos del MOIR, la OCE y demás movimientos "alternativos, independientes, estudiantiles y juveniles", dentro de los cuales, con nombre propio culpo a Sergio Fernández y Sara Abril, por creerse las últimas coca-colas del desierto, poner en riesgo el futuro de las IES y utilizar la lucha por una educación pública y gratuita como trampolín político hacia el senado, la cámara y puestos importantes dentro del Polo, los verdes y los Decentes.

Pero el paro de este año está generando algo completamente distinto. Está rompiendo con esa burda imagen de los estudiantes creada por los vándalos y los aprovechados hace siete años.

Este año ha sido la mayor concentración de estudiantes que he visto en toda mi vida. Por todas las calles del centro de la ciudad se veían caminar estudiantes de Los Andes, el Rosario, la UPN (¡que sigue resistiendo!), los de La Macarena y la ASAB, la Javeriana, la UN, el Externado, todas, todas las instituciones públicas y privadas de Bogotá y bastantes del resto del país tenían su representación por las calles cercanas al centro de la ciudad, y todos se reunieron en la Plaza de Bolívar.

Otra vez los estudiantes somos la oposición, otra vez llegaron los maleantes, traquetos, bandidos, cristianos pudientes, ganaderos y cafeteros al poder. Otra vez hay alguien que no escucha exigencias si no se le lustran las botas. Otra vez los paras están matando.

Pero esta vez no se pueden hacer los de la vista gorda. El internet globalizó y arrasó, ahora los jóvenes pueden formarse su propio criterio enterándose de todo. Ahora hay un alcance casi que total del país y si nos organizamos nos tienen que escuchar.

Seguirán cortando micrófonos en plenarias, seguirán pidiendo disculpas chimbas para que no los tumben, seguirán dando coimas y puestos a cambio de seguir trepados, pero no pueden evitar que nos enteremos de todo.

Mil millones es muy poquito, presidente Duque. Tan solo en Bogotá hay tres universidades totalmente públicas y otras varias más semipúblicas. Esos mil millones solo servirían en la capital y para eso me los gasto en cucas.

La ACREES y la UNEES piden mínimo cuatro mil millones y medio, y agradezca que le hacen rebaja. Ya atornilló a Carrasquilla y Botero, por lo menos que sirvan para algo y trabajen con cuatro mil millones y medio menos, que si llegan a la educación pública serán útiles.

Y sí, los mil millones funcionan para arreglar la Escuela de Cine y TV de la Facartes UN, y tal vez para el de Arquitectura, pero ¿va a dejar que el edificio de Diseño se siga cayendo a pedazos? No sea tan cafre. Si su Carrasquilla nos va a clavar el 19% en la canasta familiar, por lo menos que eso ayude a los vaciados que quieren ser alguien en la vida no como Macias.


La UPN sigue en pie, por lo cual la lucha sigue. La UN nunca será silenciada. La Macarena jamás dejará de pelear contra la corriente. La universidad pública se respeta.

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